México tiene una de las gastronomías más reconocidas a nivel mundial y el estado de Quintana Roo no se podía quedar atrás. Marcada por la herencia maya y española, la comida típica de Quintana Roo es un manjar para el paladar. La gastronomía de Quintana Roo tiene muchas semejanzas con las cocinas yucateca y campechana. Eso se debe a que comparten el territorio de la península de Yucatán. Por tratarse de un estado con costa, la comida típica de Quintana Roo se basa, en buena medida, en los productos frescos del mar. Pescados y mariscos lucen como la especialidad, aunque la influencia indígena y la extranjera incorporan otros ingredientes y técnicas. Hoy en Quintana Roo se tiene un mosaico de sabores, desde platillos de tradición maya hasta gastronomía molecular. La técnica y los ingredientes utilizados para su elaboración, esconden muchos secretos que muestran la biodiversidad culinaria que encierra este platillo, considerado uno de los mayores representantes de la cocina mexicana a nivel internacional. Comenzamos contándote que el pibil es una técnica de origen prehispánico que se elaboraba inicialmente con carnes de venado, faisán o jabalí, que se encontraban en estos territorios. Sin embargo, después del Descubrimiento se comenzó a preparar con carne de cerdo. De la misma manera, este término aplica a todos los alimentos cocina- dos en el horno de tierra llamado pib. Recordemos que antes de la Conquista, solo se conocían tres métodos de cocción: asado a fuego directo, fritura en grasa y el cocido directo. Fue así como el Nuevo Mundo se sumó a estas técnicas aportando cocciones como al vapor y cocido indirecto, en donde encaja perfectamente el pibil y otros platillos típicos. Este método ancestral consiste en formar un hoyo en la tierra a manera de horno, para luego llenar la base de brasas de leña. Sobre estas, se ubican planchas de piedra que se calientan y enseguida la carne que va a cocerse, en este caso, cerdo. Este se cubre con hojas que evitan la fuga de calor y la vaporización de líquidos en el suelo que permite hornear, ahumar o cocer al vapor, según se echen dentro piedras candentes, o se prenda un fuego con leña, o con vegetación verde y algo de agua, terminándose de cubrir con tierra. Aunque asociamos esta técnica a cocinas primitivas, sigue utilizándose en la actualidad como preparación popular.

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